La yema de huevo cuenta con una gran cantidad de beneficios para la salud. Hace tiempo se especulaba que los alimentos que contienen colesterol forjaban que nuestro nivel de colesterol en la sangre se acrecentara al consumirlos.
Esta es una falsa afirmación acerca del hipercolesterolemia que nos llevó a reducir el consumo de algunos alimentos perfectamente sanos; como por ejemplo el huevo, que es nuestro tema de hoy.
Afortunadamente la ciencia ha evolucionado muchísimo en los últimos años y actualmente sabemos que el colesterol que consumimos con alimentos como la yema de huevo (ya que la clara no contiene colesterol) tiene poco o nada que ver sobre nuestro nivel de colesterol en sangre; por lo que no existe un motivo de peso para restringir el consumo del mismo en nuestra dieta.
De modo que, ¿por qué seguimos mancillando la yema de huevo?
Esta no solo aporta calorías y colesterol. Si, estos son dos los nutrientes que te estás perdiendo si abandonas el consumo de la yema de huevo.
Un cúmulo de vitaminas liposolubles:
Las yemas de huevo contienen vitamina A (también conocida como retino) sustancial para velar nuestra visión y para la mejora del sistema inmunitario.
Vitamina D, precisa para la absorción del calcio. La yema es uno de los escasos alimentos que poseen vitamina D de forma natural. Así mismo contiene vitamina E, antioxidante y favorable para nuestro sistema circulatorio.
Estas tres vitaminas únicamente se hallan en la yema. Jamás en la clara (en la clara existen otras, como las vitaminas B6, B9 o B12).
Una generosa cantidad de grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas: unos 8,5 gramos de grasa por unidad es lo que nos contribuye un huevo. Sin embargo, debemos tener presente que estas grasas son beneficiosas para nuestro organismo y, al mismo tiempo, de fácil digestión.
Más de la mitad de las proteínas del huevo se localizan en la yema. De tal manera que, si estás consumiendo este alimento por sus proteínas de alto valor biológico, es buena idea que lo consumas entero, no solo la yema.
Del mismo modo, la yema efectúa un gran aporte en cuanto a los minerales. Los más significativos que logramos hallar en la yema de huevo son el fósforo, esencial en la formación de los huesos y en la producción de hormonas. El potasio que ayuda en la contracción de los músculos y a conservar el ritmo cardíaco invariable. Y el sodio que favorece en el equilibrio de los líquidos del cuerpo.
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